Vivimos en tiempos de abundancia alimentaria sin precedentes, pero también en una época marcada por la confusión, la desinformación y, en muchos casos, por una pérdida de sentido en torno a lo que significa alimentarse de forma saludable. Esta es la advertencia que lanza la escritora cordobesa Almudena Villegas Becerril en su libro “La amenaza de la alimentación”, una obra que pone sobre la mesa preguntas incómodas pero urgentes: ¿Sabemos realmente lo que comemos? ¿Somos conscientes del impacto que tiene nuestra dieta diaria en la salud, el entorno y la sociedad?
Desde Granjas San Antonio, donde llevamos generaciones criando cerdos de manera ecológica y respetuosa con el medio ambiente, este libro nos ha hecho reflexionar. Porque compartimos la idea central de Almudena Villegas Becerril: la alimentación debería ser una fuente de salud, no de enfermedad. Y porque creemos firmemente que hay otra manera de producir, consumir y convivir con la comida: una que ponga en el centro la salud de las personas y la sostenibilidad del planeta.

La salud no está en los productos milagro, sino en volver a lo esencial
Uno de los principales mensajes del libro “La amenaza de la alimentación”, es que, en lugar de avanzar hacia una alimentación más consciente, nos hemos dejado arrastrar por modas pasajeras, estrategias de marketing agresivas y mensajes contradictorios que nos desconectan de lo esencial: comer productos de calidad, naturales y nutritivos.
Frente a la promesa de productos ultraprocesados “bajos en grasa”, “sin azúcar” o “ricos en proteínas”, “La amenaza de la alimentación” propone volver la mirada hacia una dieta sencilla, equilibrada y basada en alimentos reales. En Granjas San Antonio, esto es lo que defendemos desde el primer día: carnes sin aditivos artificiales, sin antibióticos, sin químicos ni conservantes. Productos en los que la transparencia no es un reclamo publicitario, sino una forma de trabajar y de vivir.

Cuando comer se convierte en un acto político
Otro de los aciertos del libro de Almudena Villegas Becerril es su capacidad para mostrar que alimentarse no es solo una cuestión individual, sino también un acto colectivo y político. Lo que elegimos poner en nuestro plato tiene consecuencias: para nuestra salud, pero también para el campo, para la economía local, para el bienestar animal y para el futuro del planeta.
Cada vez que alguien compra uno de nuestros embutidos o nuestra carne fresca ecológica, está apostando por una forma diferente de entender la alimentación. Está apoyando a una pequeña granja familiar abulense que respeta los ritmos de la naturaleza, que cría a sus animales con tiempo, espacio y cuidado, y que cree que la calidad empieza en el bienestar del animal y termina en el sabor de cada bocado.

La desconfianza crece porque se ha roto el vínculo con el origen
Uno de los problemas que denuncia “La amenaza de la alimentación” es la creciente desconfianza hacia la industria alimentaria. No es casual: detrás de muchos productos hay procesos opacos, ingredientes que no entendemos, etiquetas difíciles de descifrar y una distancia enorme entre productor y consumidor.
En Granjas San Antonio trabajamos cada día para romper esa distancia. Por eso apostamos por la venta directa a través de nuestra tienda online, por la trazabilidad total de nuestros productos, por una comunicación clara y honesta. Porque queremos que quien nos elige sepa de dónde viene lo que come, cómo ha sido producido y con qué valores.

Comer bien no debería ser un lujo, sino un derecho
Finalmente, el libro de Almudena Villegas plantea una crítica profunda: en muchos casos, comer bien se ha convertido en un privilegio reservado a quien puede permitírselo. Frente a esta realidad, en Granjas San Antonio defendemos que el acceso a alimentos sanos, seguros y sostenibles debería ser un derecho básico, no una excepción.
Sabemos que el cambio no es fácil. Pero también sabemos que está en marcha. Cada vez más personas quieren saber lo que comen. Quieren cuidar su salud sin renunciar al sabor. Quieren apoyar proyectos como el nuestro, que apuestan por lo ecológico no como etiqueta, sino como compromiso real.
“La amenaza de la alimentación” nos recuerda que ha llegado el momento de elegir con conciencia. De volver a una alimentación más cercana, más transparente, más sana. Desde Granjas San Antonio, seguiremos trabajando para ofrecer productos que no solo alimentan, sino que cuidan. Porque comer bien no es solo un placer: es, sobre todo, una forma de vivir mejor.

